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jueves, 30 de marzo de 2017

Bella, digo...Emma

Va a ser difícil ser objetivo escribiendo sobre una película que ha significado y significa tanto para mí. Lo cierto es que desde que supe que "La Bella y la Bestia" se estrenaría de nuevo no pude contener mi emoción, ya que no solo se haría un remake en versión live-action del film, si no que se mantendría su formato musical y nada más y nada menos que Emma Watson encabezaría el reparto encarnando a una de las mayores heroínas de todos los tiempos, convirtiéndose, por ello, en una metáfora de sí misma. En el momento en el que el príncipe es convertido en Bestia por el hechizo, en mi cabeza ya imaginaba que la escena no podía acabar de otra manera que con la mítica: "Pero, ¿Quién podría ser capaz de amar a una Bestia?" Y de repente aparecería Ella encarnando, el que en mi opinión, es uno de los mejores números de toda la película. Bill Condon no solo ha conseguido rendir un gran homenaje a la original, si no profundizar en la historia y los personajes mostrando, por ejemplo, como Bella realmente no encaja en la aldea convirtiéndola en la inventora de la primera lavadora, o mostrando realmente el por qué del carácter tan arrogante del príncipe. No voy a negar que se me cayesen un par de lagrimillas en la escena del baile, cuando ella baja las escaleras en aquel icónico vestido amarillo y la señora Potts canta La Canción por excelencia. Solo se me ocurre una manera de acabar este artículo, y es con "Belle (Reprise)", ya que quizás no haya jamás una canción que empuje tanto a soñar y a perseguir tus metas.

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