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viernes, 29 de diciembre de 2017

Baila

Jamás. Jamás de los jamases voy a olvidar esta noche. Nunca olvidaré la bondad de mis abuelos y como una vez más me lo dieron todo para que yo fuera feliz, únicamente con la excusa de pasar tiempo juntos. Nunca olvidaré lo que es estar tres horas seguidas hecho un mar de lágrimas emocionado hasta las trancas. Hoy, al salir del teatro, tengo la certeza absoluta de haber visto una obra maestra. Billy Elliot me ha dejado sin aliento. Sus canciones, sus coreografías, y, sobre todo, su libreto, enmarcan una historia fascinante que, aunque ya lo era la película, ahora la obra también formará parte de mí como una experiencia de referencia en mi vida. Solo espero poder formar parte de algo tan maravilloso algún día. Gracias abus, y gracias, Billy. 

domingo, 17 de diciembre de 2017

Recuerdo

Recuerdo muchas cosas de cuando era pequeño. Me sorprende a mi mismo pensar que era sonámbulo y mi madre tenía que ir detrás de mi en cuanto oía que me movía, para evitar que saliera por patas por la puerta. Recuerdo como mi mejor amiga encontró las Barbies que había escondido en un cajón justo para que ella no las viera. Recuerdo la ansiedad de los domingos, que apuntaban tan de cerca al lunes. Recuerdo entrar en aquellos baños y no poder mear del miedo que me daban esos chicos, y también de bajar la mirada por ese oscuro pasillo para que no me dijeran nada. Y si, te recuerdo precisamente a ti en aquel patio, y como no fui capaz de defenderme. Recuerdo como todos los demás niños en mi clase cuchicheaban entre ellos, como si yo no me diera cuenta de lo que estaban hablando. Recuerdo como ellas también me hicieron el vacío, y la tensión que me generaban los sesenta segundos antes del recreo. Qué hago. Con quien voy. Haga lo que haga no estaré a gusto. No puedo aguantar treinta minutos evitando un balón de fútbol, ni hacerme invisible mientras espero a que salgáis del servicio con falda. No encajaba. No encajaba de ninguna manera.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Paris, Paris, Paris...What Else?

Ciudad de luz, Capital del amor por excelencia, a la que tantos soñadores han suspirado tu nombre: París, cautivas con cualquiera de tus caras. Tú y solo tú consigues lo imposible. Logras que seis carcajadas se den a la vez en una misma habitación a medianoche, emocionas con tu arte y nos conmueves con tus calles. Al caminar mano a mano desde Montmartre hasta Saint-Germain, pasando por el canal Saint-Martin o el Marais, es ahí cuando se revela tu magia. Centenas de canciones, poemas y películas te convierten en la voz de las grandes declaraciones. Testimonios de estos encantos eternos, paredes y aceras adornados de los "je t'aime"más sinceros del mundo. "La ville  lumière". Eres, fuiste y serás inagotable e infinita.


sábado, 2 de diciembre de 2017

2 de diciembre

Dicen que se tarda una media de 15 segundos en formar una primera impresión de alguien. Únicamente 15 segundos, joder. En ese espacio nos da tiempo a juzgarlo todo. Desde la apariencia y los gestos, pasando por la postura hasta la voz. Pero de hecho, lo más interesante de todo es que de ese primer grabado mental que queda sobre nosotros en la cabeza de alguien, a lo que se le presta menor grado de atención es aquello que sale de nuestra boca: lo que decimos. 

Todo eso se hace muy interesante hoy en día,  donde lo más probable sea que tu lista de matches y likes vaya determinada por aquellas partes de ti que hayas decido mostrar. Es ahora más que nunca cuando se define lo que uno es o no por como se expresa. Aún así, lo cierto es que todos vamos de que ya lo sabemos todo. Pensamos que conocemos a alguien hasta por su manera de escribir por WhatsApp. Responde demasiado rápido. Muestra poco, mucho, demasiado interés. Menudo borde, ni una mierda sonriente me ha mandado. No sé vosotros, igual soy el único que se ha cansado de comedir o contener como se siente mientras habla con su platónico. De rallar la misma película una y otra vez.