Ni tu ni nadie puede
cambiarme. Ya lo avisaba Alaska desde la movida, y tenía toda la razón. La cierto
es que estamos empeñados en mezclar agua con aceite. Ya pueden portarse como
auténticos cabrones con nosotros, cancelarte el plan en el último momento,
pedir perdón sin sentirlo o atropellarte con un tren por encima que seguiremos
queriendo forzar algo que creemos que nos va a hacer felices. De verdad pienso
que el amor no debería ser una cosa tan complicada. Que no tendría por qué
sernos tan difícil decir lo que sentimos. Y que por encima de todo, mentir
siempre será la peor forma de hacer daño. No sé si creo en el destino, el
karma, las cartas del tarot o en que Taylor Swift nos vuelve a todos un poco
más dramáticos. Lo que sé es que a todos nos llegará nuestro momento, y que yo
no soy para cualquiera.
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