De repente nos nos quedó nada.
El baile se acabó y de nuevo salimos corriendo.
La carroza se hizo calabaza,
Los caballos ratones,
Y el hermoso traje harapos.
Todo estaba sobre la mesa.
Esta vez ni siquiera hizo falta que dieran las doce.
No importa lo que creímos que pasó,
Todo había sido un sueño.
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