Socialmente estamos acostumbrados a preguntar "Qué tal".
Si yo, tu abuela, o el pringao de clase antes de pedirte los apuntes te preguntan "qué tal" tu dices "bien". Las personas estamos acostumbradas a ese general "estoy bien" porque la tristeza es difícil de expresar. Siempre queremos aparentar que estamos bien para que nadie sepa que estamos mal, aunque por dentro nos estemos muriendo.
Quizás deberíamos empezar a hacer que nuestros "que tal" sean sinceros y no de pasada, acotando la pregunta a un "Como estás hoy" o "Como te sientes", ya que si no, lo más seguro es que quizás me limite a decirte "cansado", queriendo, en realidad, englobarlo todo.
Por otro lado, también tenemos miedo de ser felices, y esperamos la caída en cualquier momento. Supongo que hay que valorar más las cosas que tenemos y hacer balance sin darle importancia a aquellas que ennegrecen la luz.
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