Acostumbrados a las modelos de veintipocos, con
cuerpo de escándalo y sonrisa perfecta, la última edición de la Semana de la Moda de Nueva York plantó cara a los estereotipos conformando una total
revolución dentro del mundo de la moda. En sus pasarelas se pudieron ver
modelos con yihabs, tallas grandes, e incluso mujeres de avanzada edad, manifestando así el deseo por parte de la
industria de incluir estos colectivos tan marginados dentro de las pasarelas,
retratando a una imagen de la mujer mucho más real.
Para empezar, creo que es muy importante que se
plantease un tema que preocupa tanto a las jóvenes de hoy en día, como es el peso. Christian
Siriano siempre ha hecho un hueco en sus diseños para todo tipo de
cuerpos, y su colección Otoño/Iniverno 2017 asentó su compromiso con
la diversidad en la pasarela. En esta ocasión Siriano incluyó 10
modelos talla grande - y de diferente color de piel – , doblando la
cantidad del año pasado. Si bien ser delgado ha sido durante mucho tiempo
la norma para los modelos de pista, el trabajo de Siriano continúa
demostrando que no tiene por qué permanecer así.
Otra de las grandes presiones a las que se enfrenta la sociedad de hoy
en día es la edad y el miedo a envejecer. Durante esta edición
de la NYFW, la diseñadora Simone Rocha apostó por hacer
desfilar a mujeres con amplia experiencia dentro del mundo de la moda, cuyas
edades iban desde los 50 a 73 años y aún así irradiaban una clase y belleza
inmarchitable.
Por último, si se habla de inclusión no podía faltar un elemento que
hasta ahora nunca había sido planteado en ninguna Semana de la Moda: La Religión.
La diseñadora musulmana, Anniesa Hasibuan debutó en la Fashion
Week de Nueva York presentando su colección primavera 2017
"Drama" en la que todos sus diseños incluían un yihab,
tratándose además de modelos inmigrantes, queriendo expresar de este modo su
deseo de diversidad y aceptación.
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